LA HUELGA GENERAL
CSC, festejo 1 de mayo 2014 |
Tras 18 años hemos logrado realizar nuevamente una huelga general, que
fue exitosa principalmente por el gran protagonismo que brindó el campesinado
pobre al sumarse con su XXI marcha nacional y con una semana previa de
movilizaciones en todas las regiones del país. Nuestros compañeros y compañeras
de la Federación Nacional Campesina (FNC) aportaron así a la construcción de la
alianza obrero campesina para confrontar y derrotar a los sectores de la
oligarquía que históricamente han dominado y oprimido a la mayoría de la
población paraguaya, imponiendo un modelo de desarrollo que ocasiona la
exclusión de miles de paraguayos y paraguayas que cada año se ven obligados a
migrar a otros países porque no encuentran oportunidades en su propia tierra.
Otras familias son expulsadas del campo y vienen a encimarse en el cordón de
miseria que rodea las ciudades, sin ninguna oportunidad de acceder a una vida
digna.
Este modelo de desarrollo agroexportador genera poquísimo empleo porque
concentra la tierra y las riquezas en pocas manos, apuesta a la exportación de
materia prima sin pagar impuestos e impide el desarrollo de industrias que
generen puestos de trabajo y un desarrollo genuino del país. Hay una gran
cantidad de desocupados y desocupadas y quienes tienen algún empleo están
sometidos a una gran explotación sin ninguna protección de sus derechos por
parte del Estado. Al contrario, el Estado a través de sus políticas avala esta
explotación y cada vez más avanza en su
intención de aplastar más y más a los trabajadores y trabajadoras, siguiendo lo
expresado por el presidente Horacio Cartes: “usen y abusen del Paraguay”.
Para hacer frente a esta situación lo que nos queda es organizarnos
como trabajadores y trabajadoras, para defender nuestros derechos. Cuando se
aprobó la Ley APP, el Partido Paraguay Pyahura (PPP), la FNC, la Corriente
Sindical Clasista (CSC) y la Organización de Trabajadores de la Educación
Sindicato Nacional (OTEP SN) lanzamos la consigna de la huelga general como
próximo paso de la lucha. En ese momento, mucha gente nos preguntó ¿huelga
general? ¿cómo, con estas cúpulas de las centrales sindicales que
históricamente han traicionado los intereses de los trabajadores a través de negociaciones
que sólo les han beneficiado a ellos y a los patrones? A continuación
recordamos un párrafo de nuestro posicionamiento al lanzar aquella vez la
consigna de la huelga general:
“Queremos enviar un
mensaje de aliento a nuestro pueblo, recordando que tenemos experiencia en la conquista organizada de nuestras
reivindicaciones: en el 2002
frenamos el proceso de privatizaciones a través de la derogación de
la Ley 1.315. Por eso es importante
recordar que la lucha es un proceso de organización y acumulación de fuerzas y que la confrontación
con estos sectores retardatarios, antinacionales
y antipopulares seguirá creciendo y sólo depende de la propia militancia en nuestras organizaciones. La resistencia
no depende del enemigo, no son ellos quienes
traerán el cambio y la transformación,
eso depende de nuestra propia fuerza como organización, como dirigentes
y con la fuerza de la masa”.
CSC, festejo 1 de mayo 2014 |
Si bien luego las centrales sindicales lanzaron la convocatoria a la
huelga general, lo cual fue importante, existía el antecedente de que
convocatorias a huelgas anteriores habían terminado en negociaciones con el
Gobierno que no siempre favorecieron a los trabajadores. ¿Qué hicimos entonces?
Fuimos a sus bases, de las que están desconectados, a distribuir volantes y
conversar con los obreros en las fábricas y los trabajadores en las
instituciones públicas, quienes adhirieron con entusiasmo y esperanza, y luego
lanzamos la campaña “La huelga no se negocia” para explicar que no se puede
aceptar el remate de las instituciones públicas a cambio de un aumento
salarial: que si bien es necesario, en este momento histórico lo fundamental es
defender el patrimonio del Estado, que nos servirá como palanca para el
desarrollo nacional, una vez saneadas y transformadas, recuperadas de manos de
la oligarquía y reorientadas hacia los intereses de la mayoría.
Frustramos así los intentos de la cúpula de las centrales de negociar
previamente y desconvocar la huelga. Hasta los días previos a la huelga estas
centrales hacían públicamente vergonzosos llamados al Gobierno a sentarse a
“negociar”. Y así llegó el día de la huelga general, que con el fuerte respaldo
del campesinado pobre y la sumatoria de diversos sectores logró paralizar el
país, y envió el mensaje de que SÍ, PODEMOS!! a tantos trabajadores y
trabajadoras sumidos en condiciones de gran explotación y desamparo.
Y no acababa de terminar la huelga con su éxito rotundo cuando ya las
dirigencias de las centrales fueron a sentarse en mesas de negociaciones con el
Gobierno, en base a planteamientos que dejaron fuera de la discusión lo
fundamental: la derogación de la Ley APP, y burlándose una vez más de la gente
que se movilizó masiva, autofinanciadamente y con gran sacrificio. Nos negamos
como organizaciones a participar de esa “negociación” y amenazamos incluso con
denunciarles públicamente ante sus bases y la mayoría del pueblo.
HISTORIA DE DOS MODELOS SINDICALES EN DISPUTA
CSC, festejo 1 de mayo 2014 |
A pesar de sus feroces represiones (principalmente en contra del
campesinado organizado), la dictadura que asoló nuestro país durante 35 años
nunca logró apagar el fuego de las luchas. El pueblo siguió resistiendo, aunque
en luchas aisladas que eran antidictatoriales pero no lograban consolidarse en
un pensamiento político con perspectiva de clase.
En esas resistencias dentro del movimiento obrero hubo siempre dos
líneas en disputa, una que defendía un modelo sindical más ligado al aparato, a
la formalidad (“de membrete”) y otra que confrontaba ese modelo sosteniendo que
lo principal antes que el aparato era la construcción de una fuerza organizada
de masa a través de la participación política directa de los obreros y
trabajadores.
En los debates se ponía como ejemplo una carreta con su yunta de
bueyes: la carreta simbolizaba el aparato y los bueyes la fuerza organizada sin
la cual la carreta no se puede mover. Así, cuando se confrontaba el modelo
sindical más aparatista (basado solo en cargos para los dirigentes y cuestiones
formales) solía decirse “es como poner la carreta delante de los bueyes”. ¿Con
que fuerza se va a mover?
Así, durante la dictadura stronista se fueron profundizando estos
debates, a la vez que se iban conformando lentamente lo que hoy son Paraguay
Pyahura, la FNC, la OTEP – SN y la CSC, que tuvieron su origen y desarrollo en
el seno de otras agrupaciones donde fueron avanzando e impulsando el debate
sobre la perspectiva de clase y el fortalecimiento de organizaciones de
confrontación real contra la política de Estado. Paraguay Pyahura, FNC, OTEP
-SN y CSC son el resultado concreto a nivel político y gremial de la defensa de
esa línea confrontativa.
LA CARRETA DELANTE DE LOS BUEYES
A la caída de la dictadura sobrevivieron ambas líneas en disputa, ya
que el modelo sindical aparatista siempre fue una estrategia del imperialismo
para contener las luchas populares, creando cargos y estructuras sindicales
desconectadas de sus bases, impidiendo así que obreros y trabajadores
construyan colectivamente en base a su experiencia de lucha y conquista una
herramienta propia y autónoma contra la opresión.
En este contexto, se impulsó entonces el recambio del sistema y operó a
través de la cooperación internacional para apoyar la creación de centrales
sindicales durante el llamado proceso “de transición”, que luego supuestamente
se extenderían hacia abajo, hacia sus bases, cosa que nunca ocurrió. Nuestra
posición en ese proceso fue que la conformación de centrales de trabajadores debería ser la síntesis de
las experiencias acumuladas en un proceso de debate y de lucha de los
trabajadores, y no la simple estructuración de aparatos. A ese
modelo “de membrete” corresponden las centrales que se sentaron a negociar con
el Gobierno de Cartes tras la última huelga general.
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