Exposición de Ermo Rodríguez, del Partido Paraguay Pyahura. Conferencia "Movimientos sociales y luchas populares de la región", del Seminario Internacional "Neoliberalismo en América Latina: crisis, tendencias y alternativas". 13 y 14 de abril de 2015, Escuela de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
Compañeros y compañeras:
Primero debo agradecer a los
organizadores por esta invitación, a nosotros nos honra mucho esta presencia,
lo decimos sinceramente; pararme delante de ustedes e intentar aportar algo con
ustedes para nosotros es muy importante. Ayer pasé por acá, estuve participando
en los debates y desde mi visión de militante vi con mucha satisfacción y honra
tantos jóvenes hombres y mujeres sentados prestando atención a los debates, a
mi me dio muchísima satisfacción eso. Y se forja una esperanza porque abrir las
puertas de las universidades y abrir esta puerta para estos debates, ustedes
compañeros y compañeras ya tienen apuntado en su foja de estudiantes lo que
están haciendo, así que es muy valorable esto.
Quiero intentar aportar un granito de
arena e hice un esfuerzo personal y colectivo para que sirva de algo este
granito de arena a esta aspiración que todos tenemos. Cuando me pidieron exponer muy pronto
me retumbaron muchas cosas y debo confesar estos elementos que me retumbaron en
los oídos: de alguna manera nosotros fuimos parte de eso, de ese pantallazo que
voy a dar. Aún no terminan estos debates: siguen, y yo sé que nosotros vamos a
abordar estos debates en el intento de avanzar.
Cuando cayó la dictadura era un golpe
preventivo porque las luchas populares y las luchas sociales venían creciendo.
La izquierda venia impulsando y en esto no voy a entrar en detalles porque creo
que hay coincidencia. Y después viene la transición a la democracia, y
pareciera como que se me presentan de nuevo aquellos momentos que generaron en
nuestro país grandes debates, opiniones, posiciones encontradas, pero que al
final eran momentos políticos y coyunturas que desde nuestra visión se iba
moldeando jurídica y políticamente lo que ahora se está imponiendo en la
transición democrática.
Retumba la Convención Nacional Constituyente,
el cambio de la Constitución: en muchos de estos cambios nosotros tuvimos una
posición crítica. En la Convención Nacional Constituyente hemos participado
porque para nosotros ahí se discutía el Estado y queríamos un modelo de Estado
que no le sirva solamente a los eternos explotadores. Y después vienen los
lindos nombres: sería como pincelar la coyuntura e intentar introducir en la
mente y en la opinión y en la creencia del pueblo lo que se venía. Vinieron las reformas: la Reforma Educativa, la Reforma del Código Electoral, muchas otras leyes que se fueron
reformando en ese proceso. Los eternos grupos de poderes, los organismos
financieros internacionales empezaban a meter su mano fuertemente en este
proceso.
Vinieron las elecciones, los votos. Nosotros éramos muy críticos a
este hecho, nosotros veíamos que el camino que debíamos recorrer era el camino
de trabajar la conciencia, el debate de nuestro pueblo que venía de un proceso
donde no podía ni hablar, que necesitaba un ejercicio político, más que una
elección. Nosotros creemos que las coyunturas electorales son coyunturas
políticas y desde nuestro punto de vista no solamente participando en las urnas
el pueblo puede participar, sino que hay otras formas de participación; y
nosotros hablábamos mucho de la participación política.
Vinieron las privatizaciones y creo
que los panelistas que me antecedieron hablaron muy claramente de esto.
Vinieron las creaciones de las centrales obreras, los sindicatos: nosotros
éramos muy críticos de aquellas coyunturas en aquel momento. Hoy seguimos
manteniendo lo que nosotros veíamos en aquel momento, venían la clase obrera y
los trabajadores sin ningún entrenamiento concreto, nosotros decíamos que hay
que ir a buscarle a la clase obrera y a los trabajadores y desde abajo ir
construyendo de tal manera que vayamos aprendiendo juntos. Entonces este
proceso toma a la clase obrera sin un entrenamiento político, orgánico:
lamentablemente desde nuestra visión se priorizaron otras cosas y hoy nosotros
evaluamos que hay derrotas parciales de la clase obrera y los trabajadores y si
queremos en esto hablar, hay que hablar necesariamente de una reorganización.
Se hablaba del Mercosur: nosotros
veíamos con ojos muy críticos esto, nosotros defendemos la integración de los
pueblos, pero de la manera que se daba nosotros siempre hemos criticado y
cuestionado, inclusive las convocatorias a las mesas, en fin. Todo esto y muchas cosas más me retumbaron y
aprovecho esta oportunidad para expresar acá y retomar otra vez el proceso de
esta transición democrática, de los grandes temas que se dieron en nuestro país
y con estas aperturas que se dan evidentemente yo se que van a ser muy
importantes.
Yo vengo de las luchas campesinas, mi
cotidianeidad es hablar con los compañeros y compañeras campesinos y
campesinas, la organización que consideramos una fuerza pujante que
desde nuestro criterio es un pedazo importante que está a la consideración de
la lucha de nuestro pueblo, que nosotros podemos hacer avanzar; y creo
que este encuentro del sector urbano, de los universitarios y campesinos hay
una señal importante que debemos aprovechar al máximo. Venimos de una marcha
campesina de 22 años, durante 22 años venir constante y permanentemente llegar a Asunción: algunas
veces fueron más grandes, otros menos, pero siempre está ahí y hacer ese
esfuerzo de mantener en el tiempo, eso 22 años es importante, y creo que nos
demostró la fuerza organizada.
Dentro de la lucha campesina están
los asentamientos, la lucha contra el latifundio, la lucha directa del
campesinado contra el latifundio, las ocupaciones, las recuperaciones de
tierra, son luchas políticas y conquistas demasiado importantes. La lucha por
las libertades públicas cuando estaba amenazado nuestro país, en esta
rengueante transición el campesinado estuvo allí. Esto le costó cientos, centenares de
campesinos y campesinas asesinados y asesinadas en su lucha. Y aquí otro
elemento demasiado importante que de este elemento y que de este hecho
histórico hemos aprendido muchísimo nosotros y estoy seguro que ustedes también
han aprendido muchísimo y hay que seguir aprendiendo de esto. Cuando la
privatización de las empresas del Estado, la enajenación y la entrega estaban a
la firma porque ya se convirtieron en S.A. en el 2002 salimos organizadamente
durante 17 días de movilización, de cierre de rutas, a parar el proyecto
privatista y darle al pueblo una confianza en su lucha, de que luchando puede
seguir conquistando.
Muchos sectores nos encontramos,
sectores políticos, sociales donde el campesinado fue una fuerza importante,
creo que en ese entonces y no sabíamos con certeza, dijimos esto es único, nos
sentíamos orgullosos que en Paraguay se gestara una lucha prolongada y detener
la privatización porque la ley 1615 detuvieron, no tuvieron otra alternativa.
Entonces por eso este aprendizaje de lo que significó la lucha del 2002 a
través del Congreso Democrático del Pueblo, una fuerza importante. Imagínense
17 días de lucha, costó la vida de compañeros.
En honor al tiempo voy a pasar, ahí
está la experiencia de las luchas obreras, la lucha campesina, las huelgas generales
que se dieron en el ensayo de ir caminando,
los obreros y trabajadores que se animaron a la huelga general, fueron
huelgas generales muy grandes. Y de nuevo el año pasado, la marcha campesina y
el 26 de marzo del año pasado una huelga general: si bien es cierto la clase
obrera no tiene la fuerza potencial pero no empujó para irse a trabajar, se
puso como parte de la lucha de nuestro pueblo y ahí hay una señal importante de
que la clase obrera y los trabajadores -si encontramos con ellos el camino para
recorrer- están en condiciones de hacer grandes luchas, y creo que eso es un
desafío para nosotros.
El gobierno de Cartes: a otro
compañero que me antecedió lo escuché y lo denominó muy bien. El Gobierno de
Cartes es el detonante, el acelerador, el disparador, el apurador. Cuando
Horacio Cartes asumió, para nosotros era muy claro lo que era el Gobierno de Horacio
Cartes. Apurar la política de enajenación y entrega por un lado, y por el otro
lado, meterle hambre y garrote al pueblo. Y en algunos casos algunas migajitas,
no tiene otra cosa. Apura leyes, ley de militarización, la ley de
privatización, la ley de APP, la ley de responsabilidad fiscal, y para lograr
este objetivo evidentemente utiliza la fuerza represiva.
Nosotros tenemos en nuestras filas
150 imputados e imputadas por defender sus comunidades de la fumigación y del
envenenamiento; tenemos dos compañeritas muertas, de 3 meses y 3 años, Adela y
Adelaida de una misma familia, que quedaron impunes. Su papá y su mamá les
enterraron juntitas a las dos. Y por defenderse de estas fumigaciones hay
represiones, encarcelamientos, imputaciones, persecuciones a organizaciones.
Nosotros estamos sintiendo persecuciones feroces en nuestras organizaciones, a
nuestros dirigentes.
Nosotros nunca hemos creído que la
política de Cartes no se pueda vencer, por la experiencia de lucha de los
pueblos, una vez que encontremos el camino. Nosotros siempre decimos en el
Partido que el pueblo no tiene límites: el pueblo no tiene barreras, lo
importante es encontrar juntos. Y esa misma convicción lo hemos llevado en los
asentamientos, en las comunidades, a través de la militancia, a través de la
agitación, a través de la propaganda, enarbolando la bandera patriótica del
país y diciendo que es posible.
Y pudimos articular, a los un año de
la asunción de Cartes. Miles de hombres y mujeres hemos marchado en Asunción
protestando y denunciando la política de Cartes. Y hemos visto de nuevo en el
pueblo una esperanza que, en muchos casos, en muchas partes, hemos encontrado
¿será que va ser posible avanzar? Y juntos pudimos de nuevo llevar la esperanza
a hombres y mujeres, jóvenes, ancianos, estudiantes, de que sí es posible
derrotar la política de entrega y de enajenación.
Y esto para satisfacción nuestra, de
muchos, hombres y mujeres, de nuevo se gesta el Congreso Democrático del Pueblo:
1.300 delegados y delegadas venidos de todos los lugares, obreros, campesinos,
intelectuales, estudiantes, todos los sectores nos hemos reunido y abre un
surco de esperanza para el combate, para la lucha, para la conquista. Porque
ustedes saben compañeros y compañeras el único lugar donde nos iguala es la
lucha; y nosotros creemos que hay que ir a la lucha, esa es la cancha, el
estadio que no nos desiguala porque creo que es lo que nosotros tenemos que
recuperar.
En mayo se plantea la lucha
prolongada contra la privatización. Ojalá nuestras escuelas, nuestros colegios,
nuestras universidades, nuestros sindicatos, nuestras fábricas, nuestros
lugares de trabajo se abran a este debate, para decirle a la política de
entrega, a la política de enajenación y a la política antipatriota que nosotros
con nuestra fuerza y con nuestra organización podemos luchar.
Muchas gracias compañeros y
compañeras.
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https://www.youtube.com/watch?v=GhlMtH_ftfQ&feature=youtu.be
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