Ni la pandemia del
COVID 19 hizo cambiar el camino de los politiqueros. De manera desvergonzada y
burlándose de la República, de los procedimientos y del pueblo, el día
miércoles 20 de mayo pasado, una mayoría de senadores operaron -al mandato no
precisamente de los intereses del país- para designar a CÉSAR DIESEL como
miembro de la Corte Suprema de Justicia.
Sombras de duda, tormenta de irregularidades y gruesas acusaciones se
instalaron una vez más en el Parlamento Nacional, en este caso de la Cámara de
Senadores, para la nominación de un miembro para esta institución del Estado
tan importante. Con la consumación de este hecho, los politiqueros de la Cámara
de Senadores llevan consigo una mancha más de las tantas que ensucian el
Congreso Nacional. Sin ruborizarse, sin temor a nada ni a nadie, empezaron a
consumar con sus votos un hecho absolutamente irregular.
Estos politiqueros ya tienen una práctica política de años, que no
representa precisamente los intereses de la nación, ni del país, ni de la República,
sino todo lo contrario: son los intereses turbios, de repartija de poder y de
“negocios”, de componendas y de acuerdos muy poco claros. Por lo tanto, no
estamos equivocados cuando decimos que el
Parlamento Nacional es como un mercado donde se compran y se venden voluntades.
Este hecho presente nos muestra el futuro del funcionamiento de la máxima
instancia judicial, porque si el o los miembros fueron electos de esta manera,
como van a poder aplicar la ley en busca de la justicia, si su origen de
nominación está viciado por la politiquería. Este hecho presente nos remonta al
pasado, para concluir diciendo que nada ha cambiado.
Por eso en nuestras campañas políticas decimos: abandonemos a los politiqueros, che kuerai de la injusticia y la
corrupción. Esto cada vez es más real y evidente, por lo que seguimos haciendo
un llamamiento a denunciar este hecho y a desenmascarar a los que bajo el manto
de la “representación” están cometiendo actos ilícitos.
VIVA LA PATRIA NUEVA!
22 de Mayo 2020